En
nuestra logia, detrás de la ubicación del V:.M:., en la parte superior se
encuentran los símbolos del sol, de la luna y el Delta Masónico.
El
sol y la luna se asocian desde tiempos ancestrales a la dualidad, a la
alternancia de luz y oscuridad. El sol fue divinizado por las mas diversas
culturas alrededor del mundo, las cuales
le atribuían las características de ver todo y por tanto de conocerlo todo, fue
Surya, el ojo de Varuna en la india, Shashmash, el ojo del dios Akad en
Babilonia, Helios, el ojo de Zeus en Grecia, Ahura Mazda en Persia, en Egipto
fue Ra, y el ojo de Alá en el mundo musulmán. Por su parte, estas mismas
culturas asociaban a la luna con los ciclos de las mareas, con el periodo de la
menstruación femenina, con los fenómenos de la gestación y el crecimiento de
forma vegetativa, utilizándose también las fases lunares como medida del
tiempo, aun antes que las fases solares, uso este que se dio particularmente en
Sumeria. En estas culturas la adoración al sol como divinidad es la adoración
al dios creador, que hunde su fuego creador, su simiente, en la naturaleza de
la luna, que es la mujer, quien influye en el crecimiento y en la generación de
los seres vivientes. El sol representa la razón divina, la cual aclara la
inteligencia, y la luna representa la imaginación. quien recibe las ideas de
manera apropiada. Representando el V:.M:. a la conciencia que media entre la
influencia de la razón y de la imaginación.
En
otras representaciones, el sol corresponde a nuestro costado derecho, nuestro
costado masculino, y la luna corresponde a nuestro costado izquierdo, el
costado femenino, esta luz solar también
tuvo que ver, en la antigüedad con la disposición espacial del Templo del Rey
Salomón, que en su pared norte recibía la luz, esto se traduce, visto de otro
modo, en nuestro ritual masónico, donde los trabajos comienzan al mediodía, que
marca el punto del fin del descanso y el comienzo de las labores, lo que a su
vez se relaciona con la ubicación del Seg;.V:. quien desde allí observa la
puntualidad y la asistencia de los aprendices.
Por
otro lado, en una posición central, entre los símbolos del sol y de la luna, se
encuentra ubicado el Delta, el cual corresponde a la cuarta letra del alfabeto
griego, y en mayúsculas se representa con un triangulo equilátero. En Masonería
este triangulo es el símbolo de la divinidad y la naturaleza; en el interior de
este se encuentra un ojo siempre abierto, el ojo omnisciente, y a través de él
el G:.A:.D:.U:., a quien el delta simboliza, percibe todo, ve todo, y, por
ende, todo lo sabe. Este ojo no es ni derecho ni izquierdo, sino que se lo
relaciona con el tercer ojo, con un ojo frontal.
El
triangulo resulta la figura geométrica mas sencilla, y quizás debido a este
aspecto es tenido en gran consideración en las mas diversas religiones y
filosofías, es el símbolo de la deidad, y, en palabras de Pitágoras, el delta
representa la deidad geométrica, también resulta que la dispersión y la
relación geométrica de cada partícula, de cada átomo, de cada electrón, de cada
neutrón, de cada protón, de cada quark, de cada bosón, operan a nivel cuántico
para formar cada una de las partes que constituyen este universo.
Cada
uno de los tres vértices del Delta representan a la unidad (juntos armonizados
como unidad en Oriente, representando al principio de lo absoluto, al principio
y al fin), a la dualidad (en occidente con las columnas B y J, en lo masculino
y lo femenino, en el bien y el mal, en lo material y espiritual) y a la
trinidad (en las tres pequeñas luces), con sus respectivos atributos de
creación, conservación y destrucción, que aparecen y desaparecen en el universo
todo constituyendo el triangulo visible que se inscribe en el circulo
invisible. Por lo tanto, el triangulo, el delta, simboliza, perfectamente al
equilibrio y a la verdad.
La
ubicación del Delta, entre el sol y la luna, no es azarosa, y está relacionada
con el triple tiempo, esto es, la luna y el ojo se refieren al pasado, el sol y
el ojo se refieren al futuro y el delta y el tercer ojo al presente, este
aspecto del simbolismo masónico del tercer ojo resulta aproximado al ojo
frontal del Shiva o al tercer rostro de Jano, el señor del triple tiempo.
Antiguamente
se representaba al delta masónico con un triangulo con un yod en su interior,
este, se identifica también con la Tetraktys pitagórica, cuya representación
numérica de 1+2+3+4=10 nos muestra la relación entre el denario y el
cuaternario, entre la masonería y el pitagorismo, también esta sucesión de
números (y puntos) nos representa el uno al punto, el dos a una recta, el tres
al plano y el cuatro al volumen. Entonces, geográficamente, con el volumen,
cualquier cuerpo adquiere materialidad, resultando entonces que la suma
1+2+3+4=10 el numero perfecto, la totalidad, y con ello, el retorno a la
unidad, al todo, cerrando el ciclo, el origen y el fin, donde todo sale del uno
y vuelve al uno.
Imagen: http://josemariavilla.blogspot.com/2017/02/el-ojo-que-todo-lo-ve.html
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