El símbolo es la representación gráfica o
figurativa de una idea cuyo significado es aceptado por convencionalismo
humano, siendo un producto cultural, de complejidad variada. Representa una
realidad exterior por medio de una imagen, que pretende guardar alguna analogía
con alguna idea evocada; por ejemplo la bandera blanca o la paloma como
símbolos de paz.
En el momento en que uno analiza
detenidamente un símbolo, éste transmite a la conciencia las reacciones o
impulsos espontáneos del inconsciente, por lo tanto profundizar sobre la propia
interpretación del símbolo, y no quedarse con el significado convencional, nos
permite percibir un significado aún más espiritual y que se relaciona mucho más
con nuestra vida personal.
Hay veces que las asociaciones personales no
suelen bastar para una interpretación satisfactoria. En tales casos, hemos de
tener en cuenta el hecho (primeramente observado y comentado por Freud) de que,
en la psique hay elementos que no son individuales y que no pueden derivarse de
la experiencia personal. Esos elementos, como ya dije antes, son los que Freud
llamaba “remanentes arcaicos”, formas mentales cuya presencia no puede
explicarse con nada de la propia vida del individuo y que son aborígenes,
innatas y heredadas por la mente humana.
Lo inconsciente
colectivo es un término acuñado por el psiquiatra suizo Carl Gustav Jung,
quién postuló la existencia de un sustrato común a los seres humanos de todos
los tiempos y lugares del mundo, constituido por símbolos primitivos con los
que se expresa un contenido de la psique que está más allá de la razón. Estos
“remanentes arcaicos”, a los cuales Jung los llamaba “arquetipos”, expresan los
instintos en un sentido biológico, pero al mismo tiempo comprenden el lado
espiritual. Se manifiestan en fantasías y revelan su presencia sólo por medio
de imágenes simbólicas.
Los arquetipos son una tendencia a formar
representaciones sobre un modelo básico que afecta emocionalmente a la
conciencia.
El “Tarot” es un sistema muy antiguo de
conocimiento que se ha ido pasando secretamente en distintas épocas a través de
diversas escuelas de misticismo. El conocimiento profundo se expresa
visiblemente, en parte, por medio de símbolos codificados combinados con
imágenes potentes. Cada carta representa una energía que se corresponde con su
contenido simbólico. Originalmente el tarot se consideraba como una especie de
libro de sabiduría, parecido al “I Ching”
chino, y se utilizaba como fuente de consejos. Esto explica la presencia de
definiciones como la fortuna, el arte, el universo y el ajuste, entre otras.
El tarot se empleaba como instrumento de
orientación en el camino invisible hacia la conciencia y el desarrollo
personal. Se percibía como una guía para la transformación interior, que
revelaría los secretos y ampliaría la propia visón de uno mismo y del cosmos. Este libro de sabiduría no se
transcribió a un sistema de imágenes hasta mucho más tarde.
Las 80 cartas del tarot que se conoce hoy en
día pueden ser consideradas un mapa simbólico, señales e hitos en el camino del
viaje interior. Contiene mensajes relativos a nuestros puntos fuertes
particulares, y nos descubre nuestros puntos débiles si estamos dispuestos a
reconocerlos. La baraja está dividida en 22 Arcanos
Mayores, que pueden definirse como modelos o arquetipos de los niveles
humanos de conciencia y desarrollo, representan el progreso en nuestro camino
vital, y señalan nuestros temas y tareas centrales; 16 Figuras, que suelen estar relacionadas con personas importantes en
nuestra vida; y 40 Arcanos Menores, que
se refieren a las lecciones más pequeñas e inmediatas de la vida. Se dividen en
Bastos, que representa al fuego; Copas, que representa el agua; Espadas,
representa el aire; y Oros, que representa el elemento Tierra.
En un compendio que reúne diversa cantidad
de símbolos y tradiciones es muy común notar que allí encontramos símbolos
universalmente usados en diferentes épocas. Vemos que el tarot reúne gran
cantidad de aquellos remanentes arcaicos que conforman nuestro inconsciente
colectivo, por no decir que los reúne a todos. Por lo tanto hubo a lo largo de
la historia personas que relacionaban al tarot con otras escuelas de sabiduría,
como por ejemplo es muy conocida la relación que existe entre los 22 Arcanos
Mayores y las veintidós letras del alfabeto hebreo. O la conexión existente
entre el tarot y la Cábala que se
demuestra en los estudios realizados en los siglos XVIII y XIX por Elpihas Levi
y Gérard Encausse (Papus). Incluso hasta se ha sugerido que los Arcanos Mayores
del tarot explican el ritual de iniciación Masónica dividido en 22 partes.
El propósito de ésta plancha no es tratar de
encontrar una correspondencia entre los significados de las pinturas del tarot
y los símbolos utilizados por la Masonería.
Dado que, tanto la Masonería como el tarot,
transmiten su enseñanza por medio de símbolos, y que el origen real de ambos se
pierde en la noche de los tiempos, me pareció interesante hacer un recorrido
por las cartas en busca de símbolos que son relevantes en la instrucción
masónica. Para esto decidí utilizar la baraja Rider-Waite de Arthur Edward
Waite y la baraja Thoth de Aleister Crowley, ambos miembros de la Orden Hermética
de la Aurora Dorada.
A continuación, la descripción de algunas
cartas que me parecieron interesantes:
*** El Arcano XIV de la baraja Thoth se llama
“El Arte”. Allí se puede apreciar la unión alquímica del fuego y el agua. El
león, que representa el elemento fuego, ha adoptado el color del agua. El
Águila, que es la forma más elevada del escorpión, símbolo del elemento agua,
aparece con el color del fuego. La unión de opuestos es el proceso procreativo
de empezar algo nuevo: el gran sol y la luna que lo cruza dan a luz a las
estrellas que se ven al fondo.
La frase latina en el sol significa “Explora
las zona profundas de la tierra; mediante la purificación encontrarás la piedra
escondida”. Esta frase la encontramos en la Cámara de Reflexión, con el
acrónimo V.I.T.R.I.O.L.
La carta significa conversión interior y
transformación. La urna dorada del alquimista muestra un cuervo sobre un
cráneo, que simboliza la unión de la muerte y la reencarnación.
*** El arcano II “La Sacerdotisa” representa
los conocimientos secretos o sabiduría oculta. El acceso a poderes intuitivos
se relaciona con la luna. En la carta de la baraja Raider-Waite se puede ver a
la Sacerdotisa sentada sobre una piedra cúbica entre las columnas Jachin y Boaz
del templo de Salomón y detrás de ella un velo estampado con granadas. La cruz
en su centro, al igual que las columnas blanca y negra, representa una vez más
la unión de opuestos.
*** Además de los Arcanos Mayores de “El Sol”
y “La luna” (poderosos remanentes arcaicos y que también aparecen en la
masonería), existe el arcano de “La Estrella”. En la baraja de Rider-Waite
aparece una gran estrella en el centro acompañada por otras seis, formando así
una constelación de siete estrellas. Recordemos que en el cuadro del Aprendiz
podemos ver un grupo de siete estrellas que hace referencia a la constelación
de las Pléyades. Y si vemos la carta de
“La Estrella” de la baraja de Crowley, nos daremos cuenta que la estrella que
aparece aquí tiene siete puntas, lo cual quiere decir que también hace
referencia a una constelación de siete estrellas.
*** Por último, una carta que me llamó mucho
la atención es el 3 de Oros. Este Arcano Menor representa el trabajo, el
esfuerzo y el progreso gradual. Los tres círculos simbolizan el cuerpo, el alma
y el espíritu, las fuerzas de los distintos ámbitos que se unen para alcanzar
un mismo objetivo.
Esta carta indica una completa implicación
en un asunto con respecto al cual uno siente una obligación interna. Significa
la capacidad de asumir una gran actividad.
En la carta 3 de Oros de la baraja
Raider-Waite podemos ver tres personas trabajando en el diseño de una catedral:
Las personas que supervisan los planos tienen aspecto de clérigos, mientras que
el constructor tiene puesto su mandil de trabajo.
Para finalizar, una cita del Maestro
Therion, Aleister Crowley:
“ El Tarot es una
representación ilustrada de las Fuerzas de la Naturaleza, tal como fue
concebida, de acuerdo a un simbolismo convencional, por los antiguos.
A
primera vista uno podría suponer que su arreglo es arbitraio, mas no es así.
Está determinado por la estructura misma del universo y en particular por la
del sistema solar, simbolizado por la Santa Cábala.”
Escrito por D. R.
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