domingo, 16 de septiembre de 2018

LA DUALIIDAD DE LA MANIFESTACIÓN: CUERPOS CELESTES



En el cuadro del grado de Aprendiz pude apreciar diferentes simbologías, aparecen todas reunidas dentro de una misma escena: una vista al templo desde afuera donde se puede ver las tres columnas y el resto oculto por nubes, sin embargo llegué a hacer una distinción y clasificación de los diferentes símbolos:
   Por una parte podemos ver las herramientas de trabajo del albañil; luego, símbolos arquetípicos, que además de encontrarlos en nuestra Orden, son símbolos que aparecen una y otra vez en diferentes culturas, libros, religiones, etc., que son la Cruz, el Corazón y el Ancla (las virtudes teologales); y por último, en la parte superior del cuadro aparecen el Sol y la Luna, astros importantísimos en nuestra existencia, que rigen las características del ecosistema en la tierra y definen los equinoccios y solsticios.
   Desde un principio, y ya dentro del templo de la logia, me llamó bastante la atención de entre todos los símbolos, aquellos que son elementos de la naturaleza, los que no fueron creados por el hombre para determinadas funciones, sino esos que dieron origen al hombre y permiten la vida del ser humano definiendo el cíclico y constante paso del tiempo. Debido a estas características, el Sol y la Luna han sido desde tiempo inmemorable objeto de simbolismo. Por lo tanto su sentido es muy profundo y sus análisis son múltiples, por lo que esta plancha acerca de los astros son solo algunas reflexiones personales.
    Una de las enseñanzas que más me ha hecho reflexionar desde que estoy  en la logia es el aspecto cíclico de las cosas, incluso desde la iniciación, cuando se recorre el mismo viaje tres veces, aunque se experimentan tres cosas diferentes, obteniendo tres diferentes purificaciones, el camino recorrido es el mismo. Al igual que la tierra se encuentra en diferentes puntos de su órbita durante el transcurso de un año, un árbol luce siempre diferente debido al paso de las estaciones; el axioma Hermético del Ritmo se ve plasmado, la noche le sigue al día y el día a la noche, así todo cumple un periodo y cada cosa se renueva; como el hombre, cuya mente puede transmutar a estados superiores de conciencia.
    Más allá de la correlación que tiene el Sol y la Luna con los aspectos positivo y negativo, masculino y femenino. Juntos son otro ejemplo de la dualidad que define nuestra existencia, junto con el piso cuadriculado blanco y negro y las columnas B y J, estos símbolos representan el principio de polaridad: “Todo es doble; todo tiene dos polos; los semejantes y los antagónicos son lo mismo…”.  El sol es el encargado de definir el día y aportar la Luz, mientras que la luna brilla solo de noche; sin embargo, Luz y Oscuridad no son sino la misma cosa, siendo ocasionada la diferencia por la diversidad de grado entre los dos polos del fenómeno. La penumbra es el punto medio y lo que define si prevalece la luz o  la sombra. Sobre las columnas B y J se encuentra el planeta tierra en una y el mundo celeste en la otra, a diferencia de la relación del día y la noche y  su distinción y separación difícil que apreciar, la tierra y el cielo poseen un límite bien diferenciado: el horizonte, ese lugar donde ambos se tocan, el cielo comienza justo donde termina la tierra, y nada parece separar al cielo de la tierra. Hallar el elemento ternario, ese punto donde los opuestos se atraen y las diferencias se reconcilian creo que es el significado de los tres puntos: los dos puntos inferiores serian una imagen de la dualidad, el uno existe en cuanto existe el otro y los dos se resuelven en el principio fundamental del cual tuvieron nacimiento. De esta manera cesa el conflicto de los dos opuestos resolviéndose en un impulso evolutivo, constructivo y progresista. A mi entender, el estar ubicado “entre columnas” es la expresión de tratar de reunir aspectos duales de uno mismo, encontrar el equilibrio entre severidad y misericordia, unir el cielo y la tierra, como nos recuerda la escalera al cielo de Jacob.
    Volviendo a las astros, un concepto arcaico establecido en la mente de todos es la relación de la luz con lo bueno y la oscuridad con lo malo; el día se relaciona con el crecimiento y la vida, y por la noche los depredadores mas peligrosos están al acecho de los débiles. La noche es más peligrosa pero sin duda tiene su misticismo. La luna es el más poético de todos los símbolos, los antiguos griegos lo hicieron notorio, y los poetas modernos la han usado hasta la saciedad. A su vez se le atribuye a la Luna el despertar fuerzas primitivas en el hombre e incluso influir de manera negativa en él, como el mito del hombre que se transforma en Licántropo en las noches de Luna Llena. Madame Blavatsky dice que la luna es un “ser” muerto en cuanto sus principios superiores se han alejado del cuerpo lunar. La analogía es igual a la de un ser humano, cuando alguien muere, su cuerpo sigue vivo, es decir en descomposición, sus partículas están en movimiento, en desintegración. El escritor esoterista Samael Aun Weor dice que no es recomendable dormirse bajo la luz de la luna llena, ya que ésta funciona como un vampiro que absorbe energía y succiona la sensible película de vida orgánica que cubre el planeta en que vivimos.
   La luna es la Gran Ramera Apocalíptica que toda Bestia Intelectual llevo dentro. En las regiones Sub-Lunares encontró Dante a la lujuriosa Semiramis, aquella emperatriz que permitió en sus leyes todo lo que excitaba el placer, y a la bella Elena y a la lasciva Cleopatra.
      Así como diversas obras artísticas de gran relevancia, novelas, poesías, películas, hablan sobre elementos que únicamente posee la raza humana, esos sentimientos y emociones que nos hacen humanos y nos diferencian de cualquier otra especie existente. De la misma manera, la Luna es el satélite natural propio de la tierra, cuya funciones tienen que ver solo con el planeta y los que viven en él, a diferencia del Sol que influye no solo a nosotros, sino a toda la galaxia.
    Quizás la (a mi parecer) falsa llegada del hombre a la luna es simplemente una referencia a la facilidad que tiene el hombre de pisar terrenos inciertos más allá de la oscuridad. La predisposición del humano en ser un Lunático.

Escrito por D. R.

Imagen: ttp://www.centroastrologico.com.ar/blog/astrologia-personal/hoy-puede-ser-un-gran-dia-enterate-por-que.html

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