Nunca olvides de dónde vienes. Frase popular que nos recuerda lo esencial. ¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? Y, peor aún, ¿A dónde vamos? Un saber popular trasciende autorías, culturas y generaciones. Un consejo que se manifiesta como eterno y nos recuerda que hubo un tiempo remoto en que aprendimos a caminar en dos piernas. Si Adán fue el primer judío iniciado, ya en la era Satya Yuga, ¿qué tan viejos somos? En los misterios egipcios, los iniciados eran quienes conocían la unidad de Osiris. Es decir, quienes han superado los estudios de la vida y se introducen a los estudios de la muerte. Pues el que ingresa a la logia está muerto para los demás y vivo, más allá de la muerte, el Gran Arquitecto del Universo. En el grano de trigo de Eleusis reside nuestro camino por la Doctrina de la Vida Universal. Nuestra muerte da lugar al renacimiento. Un masón es, por lo tanto, muerto en la vida profana, y vivo en la vida iluminada. Sabe que va a morir y no le importa, porque sabe que pronto volverá a la Luz. Quien no arriesgue su vida nunca hallará la Inmortalidad. Para llegar a ello sólo nos queda la entrega. Como los antiguos Yoguis, debemos despojarnos moral, material y espiritualmente. Despojarnos de todo límite y encontrar el equilibro. Para ello debemos considerar que el aprendizaje es un paso a paso. Como los aspirantes a la Escuela de Pitágoras, debemos ser primero oyentes. Estar con los oídos atentos, los ojos abiertos, y comenzar a entender la sagrada simbología que nos rodea, descubrir el conocimiento que encierran y, finalmente, preparar nuestros propios ejercicios de purificación. Prepararnos para la iluminación. Todo esto que digo no es vano discurso. Los Grandes Iniciados nos Inician desde tiempos inmemoriales. En América, lo hacen desde la Academia (el Gran Oriente) Platón fue el primero en demostrar a los profanos la existencia de lo inmaterial, el mundo metafísico de los símbolos armados, desarmados, renovados y resignificados por El Gran Arquitecto del Universo. Luego fue Jesús, quien demostró que el Cristo yace en cada Iniciado quién, por el reconocimiento de su error, llega a la Verdad, y, de su muerte, llega a la resurrección. Si esto que aquí les sugiere un secreto fanatismo por el cristianismo, debo negarlo. Me remito al conocimiento heredado por uno de los mayores masones, el apóstol Juan. Como así también las órdenes que dieron inicio a nuestra orden actual: la Orden de los Templarios (que tuvo su apogeo en el siglo XIII) y la Fraternidad de los Rosacruces (que hizo su aporte inicial en el siglo XVII), nosotros buscamos, ante todo, el conocimiento en Oriente. Hemos heredado de ellos el alma multiforme del Espíritu Uno de la Tradición Universal. Somos herederos de los antiguos Reyes – sacerdotes (Melkizedek y Salomón) y de los Grandes Iniciados de todos los tiempos. Dejamos nuestra huella en la construcción de templos. Porque somos, ante todo, arquitectos. Consideramos el Universo como una Gran Obra, como un Templo y un Taller de Construcción, dirigido por un Principio Geométrico. Ars Structoria es la verdadera Arte y Ciencia de la Vida, que los iniciados practican especulativa y operativamente. Aprendices, compañeros y maestros se organizan para conservar el orden, la disciplina y la eficiencia en toda actividad material. En nuestro accionar se destacan el elemento religioso – moral y el elemento artístico – operativo. Tenemos como premisa incuestionable ser hombres libres de buenas costumbres. El concepto de Gran Arquitecto del Universo representa nuestro fundamento principal de la Religión de los Constructores, como expresión abstracta de la Ley Suprema del Universo. Nuestro símbolo es la Gran Pirámide, y nos remite, entre otros, a nuestro pasado egipcio. Las columnas son nuestro legado griego y romano, como así también nuestra reinvindicación de lo dionisíaco.
Entonces, ¿de dónde venimos? Contestamos todos: De la Logia de S.·. J.·. Pero también en Jano vemos nuestro proceder, miramos al pasado y al futuro, atentos por nuestro deber. Lo que queda es preguntarnos por nuestro futuro. El final del Kali Yuga está próximo. Esperamos el próximo avatar de Visnú, en la figura de Kalki. Un guerrero que arrasará la oscuridad de este mundo degradado para dar inicio a una nueva era de Satya Yuga. Una era en que Kalki hará visibles los conocimientos resguardados tan celosamente y volverán los Antiguos a gobernar esta tierra. Nosotros, los masones, somos los representantes de tan valioso legado.
Imagen: https://www.youtube.com/watch?v=N802kP328w0
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