miércoles, 28 de septiembre de 2016

MASONES CÉLEBRES: NO SOY DE AQUÍ NI SOY DE ALLÁ

Facundo Cabral


Nació el 22 de mayo de 1937 en La Plata, Provincia de Buenos Aires. 

Sus primeros años los pasó en Berisso, localidad adyacente a La Plata. 

Posteriormente, la madre de Cabral y sus hijos emigraron hacia Tierra del Fuego, al sur de Argentina. A la edad de 9 años, escapó del hogar y estuvo desaparecido cuatro meses. 

Su propósito inicial era llegar hasta Buenos Aires para conocer al entonces presidente argentino Juan Domingo Perón, ya que tenía la referencia de que el mandatario “le daba trabajo a los pobres”. Después de una larga travesía, transportado por diferentes personas, al llegar a la ciudad capital, un vendedor le dio la dirección de la Casa Rosada y al día siguiente Facundo Cabral, siendo apenas un niño, logró burlar el cerco policial alrededor del mandatario y su esposa, Eva Duarte y conversó con ambos. 

Cabral cuenta que gracias a un vagabundo conoció la religión, aunque siempre se declaró librepensador. Poco después, se iniciaría como guitarrista, cantante y compositor profesional. 

En 1970, grabó “No soy de aquí, ni soy de allá”, pieza que tuvo gran éxito y por la cual empezó a ser conocido en todo el mundo, siendo grabada en nueve idiomas y cantada por artistas de la talla de Alberto Cortez, Julio Iglesias, Pedro Vargas y Neil Diamond, entre otros. 

Imprimió a su vida un rumbo espiritual de observación constante a todo lo que le ocurría, como cantautor tomó el rumbo de la crítica social, sin abandonar su habitual sentido del humor. Se le ha llegado a identificar con el anarquismo, aunque nunca tuvo una participación militante. 

En 1976, justo al inicio de la Dictadura de Videla, el ya reconocido cantautor de protesta tuvo que salir del país, recibiendo asilo político en México, donde continuó componiendo y haciendo presentaciones, iniciando desde entonces su ininterrumpida etapa de giras internacionales, llegando a presentarse en 159 países. 

Iniciado en la Masonería, procedente de la R.L.S Espíritu Libre Nº 31, fue acogido por la masonería mexicana, trabajando en distintas logias masónicas de este país. Se cuenta que con frecuencia se le veía en la cafetería de la Gran Logia Valle de México, que en ese tiempo se encontraba en la planta alta del edificio sede de las calles de Sadi Carnot No.75. En ese tiempo realizó diversos conciertos en pro de actividades sociales y asistenciales. 

En 1984, al término de la dictadura, regresó a la Argentina como un artista consagrado y ofreció un recital en el Teatro Luna Park, continuando una gira interminable de presentaciones a nivel mundial. 

Pasó a decorar el Oriente Eterno el 9 de julio de 2011 en la ciudad de Guatemala.

Fuente: http://www.fenixnews.com
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